sábado, 22 de diciembre de 2012

Una historia más

Llegó a casa abatida después de un largo día de trabajo, miró el móvil, no vio nada nuevo, y lo dejó en la mesita del salón.Se dirigió a la cocina dispuesta a hacer algo de cenar. Y mientras la comida se hacía, volvieron a su cabeza lejanos recuerdos que la visitaban a menudo, y también volvió su preocupación, su miedo de no tener hijos nunca porque no tenía novio...
Sonó el teléfono. Estaba completamente segura de que era su madre, y efectivamente, era ella. Como cada día, le preguntó por su jornada laboral y le decía lo mucho que la echaba de menos, también le preguntó por temas amorosos.Pero se mostraba muy pesimista, tenía 33 años y aún soltera.
Le colgó el teléfono, y siguió pensando en esto último.Había estado enamorada de la misma persona desde hacía  20 años.
 El teléfono volvió a sonar interrumpiendo sus pensamientos de nuevo. Lo cogió y escuchó una voz masculina, un escalofrío recorrió su cuerpo en el momento que reconoció de quien provenía. Era su amigo de toda la vida del que no tenía noticias desde hacía muchos meses
Le preguntó que tal su vida y tras varios minutos de charla, él le dio la gran noticia: estaba prometido con su novia de un año y quería invitarla a tan especial acontecimiento,a su boda.
Ella aceptó la invitación y se despidieron.
Se quedó quieta,sentada y las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas mientras miraba el calendario.
Tal día como ese pero de hace 9 años, se declaró a él, pero este le rechazó.
Tenía que pasar página, y se arrepentía de haber esperado tanto .
Se levantó y comenzó a cenar, y de repente una oleada de esperanza sacudió su mente. Iba a cancelar su asistencia a la boda.
Siempre hay tiempo para rectificar y empezar de nuevo, quería ser una mujer nueva.

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